Las lenguas católicas

Después de haber dedicado el mes de Mayo a la Santísima Virgen María llega el Mes de Junio, mes predilecto para las almas devotas, ya que es el Mes dedicado al Sagrado Corazón de nuestro Redentor Jesucristo, manantial de Amor y de Santidad; manantial en el cual las almas impías se convierten, las almas tibias  llegan a la devoción y las almas devotas llegan a la perfección. Es también esta devoción eucarística, ya que el amor del Corazón de Cristo así como su carne misma nos aguardan en el Santísimo Sacramento del Altar y se dan a nosotros en el Santo Sacrificio de la Misa. Es tan loable esta devoción que muchos Papas la han recomendado saludablemente, las encíclicas papales acerca de esta devoción son: -"Annum Sacrum" (1899) de S.S. León XIII -"Miserentissimus Redemptor" (1928) de S.S. Pío XI -"Summi Pontificatus" (1939) y "Haurietis aquas" (1956) de S.S. Pío XII. En nuestro blog publicamos a continuación la devoción de este Mes del

Una de las tantas pruebas de las directivas juedo-masonicas sobre el gobierno colombiano y especialmente sobre el Tratado de Humillación y Decadencia Nacional también llamados "Tratados de Paz" respaldados ambos por la criminal complicidad de la Secta del Vaticano II. PAX VOBIS.

El pasado Viernes Santo en el Sermon de las 7 palabras el polémico sacerdote lefebvrista Basilio Méramo atacó entre gritos desaforados (cosa que no es rara en él) nuevamente la posición teológica del Sedevacantismo (al cual esta acostumbrado a denominar "visceral", ya que él profesa un "Sedevacantismo Teológico"... si con teológico se refiere a la tibia y ridícula posición lefebvrista entonces es mas creíble...), especialmente en 2 de sus expositores: el Dr. Carlos Disandro y el Dr. Nimio de Anquín, centrando mas su critica -destructiva- en el Dr. Nimio de Anquín. En respuesta a este ultraje el Lic. Rossi (sedevacantista y pupilo de Disandro) redactó un documento refutando las barbaridades de este atrevido sacerdote que pontifica desde su supina ignorancia... pontificando ademas desde el resentimiento, ya que en sus tiempos el Dr. Disandro le había dicho unas cuantas verdades al P. Méramo, cosa que a él no le gustó bastante ya que él es quien debe enseñar no d