REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES (Apoc. XIX, 16)
Sirvan estas líneas para dar honra y gloria a aquel Bendito Rey que ya desde el Antiguo Testamento el profeta Daniel anunciara: "He aquí que viene sobre las nubes del cielo uno como el Hijo del Hombre, y se llegó hasta el anciano de Dios, y ante El fue presentado, y le dio la potestad, el honor y el Reino, y todos los pueblos, tribus y lenguas le servirán; su potestad es eterna y no le será arrebatada, y su reino no se corromperá jamás" (Dan. VII, 13-14). Fue el 11 de diciembre de 1925 que Su Santidad Pío XI hizo la proclamación solemne del Reinado Espiritual y Temporal de Nuestro Señor Jesucristo, Reinado que abarca corazones y voluntades, pueblos y naciones, artes y ciencias, monasterios y universidades, sujetando todo cuanto existe a Su suavísimo yugo. El mismo Verbo Encarnado así lo manifestó cuando dijo "Me ha sido dada toda la potestad en los cielos y en la tierra" (Mt. XXVIII, 18), verdad que ha sido unánimemente profesada por todos los cristianos.