¿UN AÑO MÁS O UN AÑO MENOS?
Finaliza este año 2017, año lleno de tribulaciones y angustias para nuestros países, para la diáspora católica dispersa por el mundo y quizás para alguno que otro de nuestros lectores que haya padecido este año contradicciones en su vida cotidiana o espiritual, termina este año tampoco negando las mercedes que Dios Nuestro Señor se ha dignado en su misericordia darnos y que muy seguramente Nuestra Señora nos ha alcanzado con su maternal intercesión; pero en general (por ser estos tiempos apocalípticos) la situación se agrava cada vez más, pues cada año que pasa desde la Gran Apostasía pareciera ser que en lugar de mejorar empeora: las sociedades se alejan más de Dios, los hombres son más corruptos y malvados, la inocencia es más mancillada, la virtud es más vituperada, el enemigo se encumbra y arraiga más en los puestos claves de poder político y religioso, el pecado es cada vez más un modelo de vida que la gracia de Dios. Pero en medio de esta hecatombe sin parangón alguno en