60 TRISTES AÑOS DE SEDEVACANTE EN LA SEDE DE SAN PEDRO
Su Santidad Pío XII, último vicario de Cristo y Cabeza visible de la Santa Iglesia Católica
El 9 de Octubre del del año 1958 moría en Castel Gandolfo, Italia el Sumo Pontífice Pío XII (de nombre secular Eugenio Pacelli) tras 19 años de un difícil Pontificado, dificultado por la Segunda Guerra Mundial, la expansión del Comunismo y la infiltración judeo- masónica en la Iglesia, que desgraciadamente bajo su reinado se incrementó hasta el punto de ya haber miembros del Sacro Colegio Cardenalicio y de la Curia Romana que clandestinamente colaboraban con los enemigos de la Iglesia, desparramando en su interior las nefastas ideas modernistas, condenadas medio siglo antes por el Papa San Pío X.
El Misterio de Iniquidad ya había avanzado lo suficiente, ya estaban envueltas naciones enteras por el poder de los enemigos de Dios y de la Iglesia, los mismos que en el S. XX no dudaron en desencadenar las dos peores carnicerías en la Historia de la Humanidad, para demostrar que la Civilización Cristiana ya había desaparecido y para mostrar cuán asidos estaban al poder temporal y que no lo dejarían fácilmente; estaba muy avanzado el Misterio de Iniquidad, era pues el momento del paso final para consumar este Misterio y dar paso a la llegada del Anticristo: Ya estaba descristianizada la Sociedad, ahora faltaba descristianizar la Iglesia...
S.S. Pío XII en su lecho de muerte (1958)
Es algo tan sutil como inaudito... descristianizar la misma Iglesia, apoderarse de la parte externa de la Iglesia Católica, suplantarla por una Nueva Iglesia que imitando a la verdadera Iglesia predicase e hiciese lo contrario de lo que la Iglesia siempre había predicado, creído y hecho, perder en el error a los hijos de la Iglesia y alentar, y provocar en no muy pocos casos, la apostasía de las naciones. No una crisis, ciertamente una crisis es temporal y se vislumbra la solución, sino una apostasía generalizada, hacer que los hombres y mujeres que alguna vez creyeron la verdadera Fe la rechacen ahora y la cambien por falsas y ponzoñosas doctrinas en nombre de la Fe verdadera!!! Ya lo dicen las Sagradas Escrituras: "Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina". (II Pedro 2, 1); ya nos lo advertía Nuestro Señor Jesucristo: "Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis" (S. Mateo 7, 15).
Estos frutos que señala Jesús Nuestro Señor son totalmente claros en nuestros días:
- Apoderamiento de los herejes de todo el aparato externo de la Iglesia Católica (Iglesias, Conventos, Colegios, Universidades, etc.) y su posterior destrucción o desmantelamiento.
- Una serie de heresiarcas que se han hecho pasar por Sumos Pontífices: Juan XXIII (modernista, comunista y masón grado 33), Pablo VI (criptojudío y homosexual), Juan Pablo I (Masón), Juan Pablo II (Criptojudío y Masón), Benedicto XVI (Masón y racionalista kantiano) y Francisco (Hereje en todo su frenesí), uno peor que otro.
- Un Concilio (Concliábulo) que entroniza como verdades de Fe las tesis modernistas, herejía que justamente el Papa San Pío X denominó "la cloaca de todas las herejías" por ser esta herejía la concentración de todos los postulados heréticos.
- Nuevos rituales de los Sacramentos, todos inválidos tanto por carecer de autoridad quien los profería, como por los cambios sustanciales que hacen que en el Sacramento no se transmita la gracia Sacramental, siendo el caso más grave el Ritual de Ordenación Sacerdotal y Consagración Episcopal, cuya alteración hace que los ordenados por esos rituales no sean verdaderos sacerdotes ni verdaderos obispos.
- Una Nueva "Misa" totalmente alejada del concepto católico del Santo Sacrificio de la Misa y más cercana al concepto luterano- calvnista de la "Cena del Señor", "Banquete Eucarístico" o "Sinaxis" donde NO ESTÁ LA PRESENCIA REAL DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
- Una "moral" realmente inmoral: permisión de anticonceptivos, escuelas y universidades laicas, Estados Laicos y/o aconfesionales, aceptación de la usura como método financiero, apoyo a la Democracia, involucramiento con la subversión marxista (ejemplos famosos de esto son el "Cura Guerrillero" Camilo Torres en Colombia o el Padre Mugica en Argentina), entre otras.
- De esto se sigue un "clero" relajado e inmoral, no por nada se han presentado en la Secta del Vaticano II escandalosos abusos sexuales por parte de sus impíos ministros a niños y jóvenes.
- Una nueva "Teología" donde no hay pecado, ni demonio, ni infierno, ni Purgatorio, ni verdad absoluta.... de milagro sigue habiendo un Dios para la "Nouvelle Teologie"... de por cierto que para ella tampoco hay milagros...
- Una falsa piedad que se traduce en sentimentalismo estúpido y sin sentido.
- Promoción de nefastos personajes como modelos de "santidad" tales como Oscar Romero, Teresa de Calcuta, el mismo Juan Pablo II, etc. Impíos que nunca lucharon por la causa de Cristo, sino contra él.
- Traición a los cristianos perseguidos, tal es ejemplo de la Iglesia Católica en China, que permaneció en la ortodoxia y en la clandestinidad hasta que las mismas autoridades vaticanas la denunciaron al Gobierno Comunista chino en los años 90, induciendo a la apostasía a esos católicos fieles uníendolos junto a la "Iglesia Patriótica China", secta comunista controlada por el Gobierno Chino y recientemente reconocida por Bergoglio; aunque hay que decir que desde tiempos de Juan Pablo II los seminaristas de esta "Iglesia Patriótica" estudiaban en seminarios romanos con el placet del Polaco hereje.
Estos y muchos más y peores son los frutos de la usurpación de 1958, que actualmente padecemos viendo como cada día va empeorando la situación. No sin dolor escribimos estas líneas queridos lectores, dolor que nos conturba por ser nuestra Madre la Iglesia la víctima de todos estos asaltos; motivo por el cual instamos a nuestros queridos lectores oren a Dios Nuestro Señor para que se digne dar a su Iglesia un Sumo Pontífice y sea consolada su Esposa la Iglesia junto con nosotros sus hijos, que Venga por fin su Reino en Gloria y Majestad para que salvemos nuestra alma amando su Venida (II Timoteo 4,8) y reinemos junto con Él.
ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL DEL PAPA LEÓN XIII
“¡Oh glorioso príncipe de las milicias celestiales, San Miguel arcángel, defendednos en el combate y terrible lucha que tenemos que sostener contra los poderes y potestades, contra los príncipes de este mundo de tinieblas y contra los malignos espíritus (Ef. 6, 12)! Venid en auxilio de los hombres que Dios hizo inmortales, formó a su imagen y semejanza, y redimió a gran precio de la tiranía del demonio (Sab. 2, 23; I Cor. 6, 20).
“Pelead en este día con el ejército de los santos ángeles las batallas del Señor, como en peleasteis en otra ocasión contra Lucifer, jefe de los soberbios, y contra los ángeles apóstatas, que fueron impotentes a resistiros, y para los cuales no hubo ya lugar en el cielo.
“Sí, ese monstruo, esa antigua serpiente que se llama demonio y Satanás, que seduce al mundo entero, fue precipitado con sus ángeles al fondo del abismo (Apoc. 12, 8-9). Pero he aquí que este antiguo enemigo, este primer homicida ha levantado fieramente la cabeza. Transfigurado en ángel de luz y seguido de toda la turba de espíritus malditos, recorre la tierra entera para apoderarse de ella y desterrar el nombre de Dios y de su Cristo, para robar, matar y entregar a la eterna perdición las almas destinadas a la eterna corona de gloria. Además de los hombres de alma ya pervertida y corrompido corazón, este dragón perverso lanza encima, como un torrente de fango impuro, el veneno de su malicia, es decir, el espíritu de mentira, de impiedad y blasfemia, y el soplo emponzoñado de la impureza, de los vicios y de todas las abominaciones.
“Enemigos llenos de astucia han llenado de injurias y saturado de amargura a la Iglesia, esposa del Cordero inmaculado; y sobre sus más sagrados bienes han puesto sus manos criminales. En el mismo lugar santo, donde ha sido establecida la silla de Pedro y la cátedra de la verdad, que debe iluminar el mundo, han alzado el abominable trono de su impiedad, con la intención perversa de herir al Pastor y dispersar el rebaño.
“Os suplicamos, pues, oh Príncipe invencible, socorráis al pueblo de Dios contra los ataques de esos espíritus malditos, y le concedáis la victoria. Este pueblo os venera como su protector y patrono, y la Iglesia se gloría de teneros por defensor contra las malignas potestades del infierno. Dios os ha confiado el cuidado de conducir las almas a la celeste bienaventuranza. ¡Ah, rogad, pues, al Dios de paz, ponga bajo nuestros pies a Satanás y de tal modo aplastado, que no pueda retener más a los hombres en la esclavitud, ni causar perjuicio a la Iglesia! Presentad nuestras súplicas ante el Todopoderoso, para que seamos prevenidos cuanto antes de las misericordias del Señor. Apoderaos del dragón, la serpiente antigua que es el diablo y Satanás, encadenadlo y precipitadlo en el abismo, para que no pueda seducir más a las naciones (Apoc. 20, 2-3). Amén.
V/ He aquí la cruz del Señor, huid, potestades enemigas;
R/ Venció el León de la tribu de Judá, el vástago de David.
V/ Cúmplanse en nosotros, Señor, vuestras misericordias;
R/ Como hemos esperado de Vos.
V/ Escuchad, Señor, mi oración:
R/ Y llegue mi clamor hasta Vos.
Oremos. Oh Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, invocamos vuestro santo nombre, e imploramos con instancia vuestra clemencia, para que, por la intercesión de María Inmaculada siempre Virgen, Madre nuestra, y del glorioso arcángel San Miguel, os dignéis socorrernos contra Satanás y contra todos los otros espíritus inmundos que recorren la tierra para dañar al género humano y perder las almas. Amén”.
"¿Hasta cuándo, Señor, seguirás olvidándome? ¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro?¿Hasta cuándo sentiré angustia en mi alma y tristeza en mi corazón, día tras día? ¿Hasta cuándo mi enemigo triunfará a costa mía? ¡Señor, Dios mío, mírame y respóndeme! " Salmo 13
¡VEN SEÑOR JESÚS! (Apoc. 22, 20)
PAX VOBIS.
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