15 DE SEPTIEMBRE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES

El Viernes de Dolores (Viernes de la Semana de Pasión, antes de Semana Santa), el Sábado Santo y el 15 de Septiembre son días especialmente dedicados a contemplar y los Purisimos Dolores de Nuestra Señora, dolores que afligieron su Inmaculado Corazón; dolores que son incomparables a los dolores de todas las madres del pasado, del presente y del futuro..dolores aun muchos mas grandes!!!!

 La devoción a los dolores del Corazón Inmaculado de la Virgen comenzó en el siglo XIII con la Orden de los Servitas, monjes contemplativos que se dedicaran en especial a meditas los dolores profundisimos del Corazón de la Santísima Virgen. Para estos días de los dolores de Nuestra Señora se recomienda fuertemente el ayuno, la abstinencia y la penitencia.

A continuación dejare a su disposición el rezo de la Corona de los Dolores de Nuestra Señora. Pax vobis.
                              CORONA DE LOS DOLORES DE NUESTRA SEÑORA
Credo
Acto de Contrición
Por cada dolor se rezan 7 Avemarías
Al final se reza la Salve y la Secuencia Stabat Mater


                                                                          1º Dolor 

La profecía de Simeón en la presentación del Niño Jesús.

Virgen María: por el dolor que sentiste cuando Simeón te anunció que una espada de dolor atravesaría tu alma, por los sufrimientos de Jesús, y ya en cierto modo te manifestó que tu participación en nuestra redención como corredentora sería a base de dolor; te acompañamos en este dolor. . . Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos hijos tuyos y sepamos imitar tus virtudes.

2º Dolor 

La huida a Egipto con Jesús y José.

Virgen María: por el dolor que sentiste cuando tuviste que huir precipitadamente tan lejos, pasando grandes penalidades, sobre todo al ser tu Hijo tan pequeño; al poco de nacer, ya era perseguido de muerte el que precisamente había venido a traernos vida eterna; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos huir siempre de las tentaciones del demonio.

3º Dolor 

La pérdida de Jesús.

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al perder a tu Hijo; tres días buscándolo angustiada; pensarías qué le habría podido ocurrir en una edad en que todavía dependía de tu cuidado y de San José; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que los jóvenes no se pierdan por malos caminos.

4º Dolor 

El encuentro de Jesús con la cruz a cuestas camino del calvario.

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, como cargado con nuestras culpas, llevando el instrumento de su propio suplicio de muerte; Él, que era creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan grande de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, después de haber sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo verdadero Rey de reyes, coronado de espinas; ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la frente y, aunque le ocasionarían un gran dolor físico, aún mayor sería el dolor espiritual por ser una burla y una humillación tan grande; sufrió y se humilló hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos vasallos de tan gran Rey y sepamos ser humildes como Él lo fue.

5º Dolor 

La crucifixión y la agonía de Jesús.

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su pasión; Tú misma también te sentirías morir de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por el pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.

6º Dolor 

La lanzada y el recibir en brazos a Jesús ya muerto.

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la lanzada que dieron en el corazón de tu Hijo; sentirías como si la hubieran dado en tu propio corazón; el Corazón Divino, símbolo del gran amor que Jesús tuvo ya no solamente a Ti como Madre, sino también a nosotros por quienes dio la vida; y Tú, que habías tenido en tus brazos a tu Hijo sonriente y lleno de bondad, ahora te lo devolvían muerto, víctima de la maldad de algunos hombres y también víctima de nuestros pecados; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos amar a Jesús como El nos amo.

7º Dolor 

El entierro de Jesús y la soledad de María.

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al enterrar a tu Hijo; El, que era creador, dueño y señor de todo el universo, era enterrado en tierra; llevó su humillación hasta el último momento; y aunque Tú supieras que al tercer día resucitaría, el trance de la muerte era real; te quitaron a Jesús por la muerte más injusta que se haya podido dar en todo el mundo en todos los siglos; siendo la suprema inocencia y la bondad infinita, fue torturado y muerto con la muerte más ignominiosa; tan caro pagó nuestro rescate por nuestros pecados; y Tú, Madre nuestra adoptiva y corredentora, le acompañaste en todos sus sufrimientos: y ahora te quedaste sola, llena de aflicción; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, concédenos a cada uno de nosotros la gracia particular que te pedimos…

Cortesia de: devocionario.com

SECUENCIA
1.    Stabat Mater dolorósa
juxta Crucem lacrimósa,
dum pendébat Fílius.
2.    Cuius ánimam geméntem,
contristátam et doléntem
pertransívit gládius.
3.    O quam tristis et afflícta
fuit illa benedícta,
mater Unigéniti!
4.    Quæ mærébat et dolébat,
pia Mater, dum vidébat
nati pœnas ínclyti.
5.    Quis est homo qui non fleret,
matrem Christi si vidéret
in tanto supplício?
6.    Quis non posset contristári
Christi Matrem contemplári
doléntem cum Fílio?
7.    Pro peccátis suæ gentis
vidit Jesum in torméntis,
et flagéllis súbditum.
8.    Vidit suum dulcem Natum
moriéndo desolátum,
dum emísit spíritum.
9.    Eia, Mater, fons amóris
me sentire vim dolóris fac,
ut tecum lúgeam.
10. Fac, ut árdeat cor meum
in amándo Christum Deum
ut sibi compláceam.
11. Sancta Mater, istud agas,
crucifixi fige plagas
cordi meo válide.
12. Tui Nati vulneráti,
tam dignáti pro me pati,
pœnas mecum dívide.
13. Fac me tecum pie flere,
crucifixo condolére,
donec ego víxero.
14. Juxta Crucem tecum stare,
et me tibi sociáre
in planctu desídero.
15. Virgo vírginum præclára,
mihi iam non sis amára:
fac me tecum plángere.
16. Fac, ut portem Christi mortem, passiónis fac consórtem,
et plagas recólere.
17. Fac me plagis vulnerári,
fac me Cruce inebriári,
et cruóre Fílii.
18. Flammis ne urar succénsus,
per te, Virgo, sim defénsus
in die judícii.
19. Christe, cum sit hinc exíre,
da per Matrem me veníre
ad palmam victóriæ.
20. Quando corpus moriétur,
fac, ut animæ donétur
paradísi glória. Amen. (Allelúja)

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