SERMÓN DE SAN ANTONIO DE PADUA SOBRE EL AYUNO CUARESMAL






Extracto del Sermón de San Antonio de Padua (1195- 1231) sobre el Miércoles de Ceniza

I. "En aquél tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Cuando ayunéis, no seáis tristes como los hipócritas. Ellos desfiguran su rostro para mostrar a los hombres que ayunan. De cierto os digo que ya recibieron su recompensa. En cambio tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunáis, sino a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que está en lo secreto, te recompensará en público". (Mt. 6, 16- 18).

En este pasaje evangélico debemos tratar dos argumentos:el ayuno y la limosna.


II. "Cuando ayunéis"... En esta primera parte debemos considerar cuatro cosas: la simulación de los hipócritas, la unción de la cabeza, el lavado de la cara y el ocultamiento del bien.

"Cuando ayunéis". Se lee en la "Historia Natural" que con la saliva del hombre en ayunas se resiste a los animales que tienen veneno; más aún, si la serpiente la ingiere, muere (Plinio). Entonces, en el hombre en ayunas hay de veras una gran medicina.

Adán en el Paraíso terrestre, mientras ayunó del fruto prohibido, permaneció en la inocencia. ¡He ahí la medicina, que mata a la serpiente diablo y que restituye el Paraíso, perdido por culpa de la gula! También de Ester se dice que castigó su cuerpo con el ayuno para destituir al orgulloso Amán y reconquistar para los judíos la benevolencia del Rey Asuero.

Ayunen, pues, si quieren conseguir estas dos cosas: la victoria contra el diablo y la restitución de la gracia pérdida. Pero, "cuando ayunéis, no seáis tristes como los hipócritas", o sea, no quieran ostentar su ayuno con la tristeza del rostro. Por cierto, todo eso no prohíbe la virtud, sino la simulada apariencia de virtud.

Hipócrita se llama también "dorado", o sea, que tiene la apariencia del oro, pero en su interior, o sea, en su conciencia, es barro. Éste es el ídolo de los babilonios, o sea, Bel, del que dice Daniel: "No os engañéis, oh rey; éste ídolo por fuera es de bronce, pero por dentro es de barro". (Dan. 14, 6).

El bronce resuena y aparentemente puede parecer oro. Así es el hipócrita, ama el sonido de la alabanza y ostenta una apariencia de santidad. El hipócrita es humilde en el rostro, modesto en el vestido, quedo en la voz, pero es un lobo en su mente.

Esta tristeza no agrada a Dios. ¡Es un extraño modo de procurarse la alabanza, el de ostentar los signos de la tristeza! Los hombres suelen alegrarse, cuando ganan dinero. Pero son dos asuntos distintos: en ésos hay vanidad, en los otros falsedad.




Con la imposición de la Santas Cenizas el Miércoles de Ceniza inicia el "Ayuno Solemne" de Cuaresma


"Desfiguran sus rostros", o sea, los envilecen más allá de los límites de la condición humana. Como puede haber jactancia por la elegancia de los vestidos, también puede haber jactancia por la escualidez y la extenuación (Glosa). Entonces no hay que abandonarse ni a una escualidez exagerada ni a una excesiva pulcritud: hay que buscar un término medio.

"Para mostrarse a los hombres". Cualquier cosa que hagan, es apariencia, pintada con falsos colores. Comenta la Glosa: "Lo hacen con tal de aparecer distintos a los demás y ser llamados "superhombres", incluso a través del envilecimiento".

Para mostrar a los hombres "que ayunáis". El hipócrita ayuna, para granjearse alabanza; el avaro, para llenar la bolsa; el justo, para agradar a Dios.

"De cierto os digo que ya recibieron su recompensa". He ahí la recompensa del prostíbulo, del que dice Moisés: "No prostituyas a tu hija" (Levítico 19, 29). La hija son las obras, que exponen en el prostíbulo del mundo, para recibir la recompensa de la alabanza.  Sería necio el que vendiera oro de elevados quilates por unas monedas de plomo. En realidad, vende una cosa de gran valor por un precio vil, el que hace bien para procurarse la alabanza de los hombres.

III. "Tú, en cambio, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu cara". Esto está de acuerdo con lo que dice Zacarías: "Así dijo el Señor Yahvé de los Ejércitos: "El ayuno del cuarto mes, del quinto, del séptimo y del décimo se convertirán para la casa de Israel en gozo y alegría y en días de gran fiesta". (Zac. 8, 19).

La casa de Judá se interpreta "el que manifiesta" o "el que alaba", y es figura de los penitentes que, al manifestar y al confesar sus pecados, dan alabanza a Dios. Para éstos es, y debe ser, el ayuno del cuarto mes, porque ayunan (se abstienen) de cuatro cosas: de la soberbia del diablo, de la impureza del alma, de la gloria del mundo y de la injuria al prójimo. "Éste es ayuno que yo quiero" dice el Señor (Is. 58, 6).

El ayuno del quinto mes consiste en mantener  los cinco sentidos alejados de las distracciones y de los placeres ilícitos. El ayuno del séptimo mes es la represión de la codicia terrenal. Como se lee que el séptimo día no tiene fin, así ni la codicia del dinero jamás toca el fondo de la suficiencia.

El ayuno del décimo mes es el cese de toda finalidad mala. El fin de todo número es diez. El que quiere contar más, debe comenzar del uno. El Señor se queja por boca de Malaquías: "Ustedes me están engañando, y me preguntan: "¿En qué te engañamos? En los diezmos y primicias". (Mal. 3, 8), o sea, en el mal fin y en el principio de una intención perversa. Y presta atención: pone los diezmos antes de las primicias, porque es sobretodo por el fin perverso que es condenada toda la obra precedente.

Este ayuno se transforma para los penitentes en gozo de la mente, en alegría del amor Divino y en espléndidas solemnidades de conversación celestial. Esto quiere decir ungir la cabeza y lavar la cara. Unge la cabeza aquél que en su interior está colmado de alegría espiritual, y lava su cara aquel que embellece sus obras con una vida honesta.

- Sermones de San Antonio de Padua, Tomo I, Ed. El Mensajero de San Antonio, 1996.




PAX VOBIS.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SANTO VIACRUCIS TRADICIONAL

NOVENA AL GLORIOSO PATRIARCA SAN JOSÉ

MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS- DÍA NOVENO