LA MISA ATROPELLADA (IV/IV)

LA MISA ATROPELLADA por SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO. III PARTE DE LA CELEBRACIÓN MISMA 11. Grave responsabilidad que incumbe a los superiores eclesiásticos No acierto a comprender cómo los párrocos y a quien esto incumbe se forman la conciencia para permitir la celebración en sus iglesias a los sacerdotes que lo hacen con tamaña irreverencia. El P. Pasqualigi no les excusa de pecado grave. He aquí sus palabras: "Los superiores eclesiásticos, tanto regulares como seculares, pecan mortalmente cuando permiten que sus súbditos celebren con tanta precipitación, porque en virtud de su cargo están obligados a velar por que la Misa se celebre de modo conveniente". Y está fuera de duda que los Obispos están obligados a prohibir la celebración, sin acepción de personas, a semejantes sacerdotes. Lo determina el Concilio de Trento al hablar de la Misa: "Decreta el Santo Sínodo que los Ordinarios de los lugares han de cuidar diligentemente y están obligados a impedir tod...