SEMANA DE PASIÓN
La Semana de Pasión es la que inicia hoy Domingo de Pasión, semana que la Iglesia ha puesto precedente a la Semana Santa para preparar nuestra alma para la celebración de los Sagrados misterios de la Redención. En esta semana conmemoramos especialmente los dolores del Corazón Inmaculado de Maria y se reza todos los días la Corona de los 7 dolores de Maria Santísima ganando las Indulgencias Plenarias. A continuación les dejaremos la misa del día de hoy DOMINGO DE PASIÓN y la Corona de los 7 Dolores de Maria Santísima.
13 DE MARZO- DOMINGO PRIMERO DE PASIÓN- Estación en San Pedro- 1ra clase- Ornamentos morados
Desde este Domingo hasta el Sábado Santo las imágenes del templo son cubierta con velos morados
INTROITUS Ps. 42, 1-2.
Júdica me, Deus, et discérne causam meam de gente non sancta: ab homine iníquo et dolóso éripe
me: quia tu es Deus meus et fortitúdo mea. Ps. ibid., 3. Emítte lucem tuam et veritátem tuam: ipsa me deduxérunt et adduxérunt in montem sanctum tuum et in tabernácula tua. Júdica me.
ORATIO
Quǽsumus, omnípotens Deus, familiam tuam propítius réspice: ut, te largiénte, regátur in córpore; et, te servánte, custodiátur in mente. Per Dóminum.
Léctio Epístolæ beáti Pauli Apóstoli ad Hebrǽos.
Hebr. 9, 11-15.
Fatres: Christus assístens Pontifex futurórum bonórum, per ámplius et perféctius tabernáculum non manufáctum, id est, non hujus creatiónis: neque per sánguinem hircórum aut vitulórum, sed per próprium sánguinem introívit semel in Sancta, ætérna redemptióne invénta. Si enim sanguis hircórum
et taurórum, et cinis vítulæ aspérsus, inquinátos sanctíficat ad emundatiónem carnis: quanto magis sanguis Christi, qui per Spíritum Sanctum semetípsum óbtulit immaculátum Deo, emundábit consciéntiam nostram ab opéribus mórtuis, ad serviéndum Deo vivénti? Et ideo novi Testaménti mediátor est: ut, morte intercedénte, in redemptiónem eárum prævaricatiónum, quæ erant sub prióri
Testaménto, repromissiónem accípiant, qui vocáti sunt ætérnæ hereditátis, in Christo Jesu, Dómino nostro. Deo Gratias.
GRADUALE Ps. 142, 9 et 10.
Eripe me, Dómine, de inimícis meis: doce me fácere voluntátem tuam. ℣. Ps. 17, 48-49. Liberátor
meus, Dómine, de géntibus iracúndis: ab insurgéntibus in me exaltábis me: a viro iníquo erípies me.
TRACTUS Ps. 128, 1-4.
Sæpe expugnavérunt
me a juventúte mea. ℣. Dicat nunc Israël: sæpe expugnavérunt me a juventúte mea. ℣. Etenim non potuérunt mihi: supra dorsum meum fabricavérunt peccatóres. ℣. Prolongavérunt iniquitátes suas:
Dóminus justus cóncidit cervíces peccatórum.
✠ Sequéntia sancti Evangélii secúndum Joánnem.
Joann. 8, 46-59.
In illo témpore: Dicébat Jesus turbis Judæórum: Quis ex vobis árguet me de peccáto? Si veritátem dico vobis, quare non créditis mihi? Qui ex Deo est, verba Dei audit. Proptérea vos non audítis, quia ex Deo non estis. Respondérunt ergo Judǽi et dixérunt ei: Nonne benedícimus nos, quia Samaritánus
es tu, et dæmónium habes? Respóndit Jesus: Ego dæmónidæmónium non hábeo, sed honorífico
Patrem meum, et vos inhonorástis me. Ego autem non quæro glóriam meam: est, qui quærat et júdicet. Amen, amen, dico vobis: si quis sermónem meum serváverit, mortem non vidébit in ætérnum. Dixérunt ergo Judǽi: Nunc cognóvimus, quia dæmónium habes. Abraham mórtuus est et Prophétæ; et tu dicis: Si quis sermónem meum serváverit, non gustábit mortem in ætérnum. Numquid tu major es patre nostro Abraham, qui mórtuus est? et Prophétæ mórtui sunt. Quem teípsum
facis? Respóndit Jesus: Si ego glorífico meípsum, glória mea nihil est: est Pater meus, qui
gloríficat me, quem vos dícitis, quia Deus vester est, et non cognovístis eum: ego autem novi eum: et si díxero, quia non scio eum, ero símilis vobis, mendax. Sed scio eum et sermónem ejus servo. Abraham pater vester exsultávit, ut vidéret diem meum: vidit, et gavísus est. Dixérunt ergo Judǽi ad eum: Quinquagínta annos nondum habes, et Abraham vidísti? Dixit eis Jesus: Amen, amen, dico vobis, antequam Abraham fíeret, ego sum. Tulérunt ergo lápides, ut jácerent in eum: Jesus autem abscóndit se, et exívit de templo. Laus tibi Christe- CREDO.
OFFERTORIUM Ps.118, 17 et 107.
Confitébor tibi, Dómine, in toto corde meo: retríbue servo tuo: vivam, et custódiam sermónes
tuos: vivífica me secúndum verbum tuum, Dómine.
SECRETA
Hæc múnera, quǽsumus Dómine, ei víncula nostræ pravitátis absólvant, et tuæ nobis misericórdiæ dona concílient. Per Dóminum.
Præfatio de Cruce; quæ dicitur usque ad Feriam V in Cena Domini inclusive
COMMUNIO 1 Cor. 11, 24 et 25.
Hoc corpus, quod pro vobis tradétur: hic calix novi Testaménti est in meo sánguine, dicit Dóminus: hoc fácite, quotiescúmque súmitis, in meam commemoratiónem.
POSTCOMMUNIO
Adésto nobis, Dómine, Deus noster: et, quos tuis mymystériis recreásti, perpétuis defénde subsidiis. Per Dóminum nostrum.
CORONA DE LOS 7 DOLORES DE NUESTRA SEÑORA
Credo- Acto de Contrición.
1º Dolor
La profecía de Simeón en la presentación del Niño Jesús.
Virgen María: por el dolor que sentiste cuando Simeón te anunció que una espada de dolor atravesaría tu alma, por los sufrimientos de Jesús, y ya en cierto modo te manifestó que tu participación en nuestra redención como corredentora sería a base de dolor; te acompañamos en este dolor. . . Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos hijos tuyos y sepamos imitar tus virtudes.
Dios te salve, María,…
2º Dolor
La huida a Egipto con Jesús y José.
Virgen María: por el dolor que sentiste cuando tuviste que huir precipitadamente tan lejos, pasando grandes penalidades, sobre todo al ser tu Hijo tan pequeño; al poco de nacer, ya era perseguido de muerte el que precisamente había venido a traernos vida eterna; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos huir siempre de las tentaciones del demonio.
Dios te salve, María,…
3º Dolor
La pérdida de Jesús.
Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al perder a tu Hijo; tres días buscándolo angustiada; pensarías qué le habría podido ocurrir en una edad en que todavía dependía de tu cuidado y de San José; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que los jóvenes no se pierdan por malos caminos.
Dios te salve, María,…
4º Dolor
El encuentro de Jesús con la cruz a cuestas camino del calvario.
Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, como cargado con nuestras culpas, llevando el instrumento de su propio suplicio de muerte; Él, que era creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan grande de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, después de haber sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo verdadero Rey de reyes, coronado de espinas; ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la frente y, aunque le ocasionarían un gran dolor físico, aún mayor sería el dolor espiritual por ser una burla y una humillación tan grande; sufrió y se humilló hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos vasallos de tan gran Rey y sepamos ser humildes como Él lo fue.
Dios te salve, María,…
5º Dolor
La crucifixión y la agonía de Jesús.
Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su pasión; Tú misma también te sentirías morir de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por el pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.
Dios te salve, María,…
6º Dolor
La lanzada y el recibir en brazos a Jesús ya muerto.
Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la lanzada que dieron en el corazón de tu Hijo; sentirías como si la hubieran dado en tu propio corazón; el Corazón Divino, símbolo del gran amor que Jesús tuvo ya no solamente a Ti como Madre, sino también a nosotros por quienes dio la vida; y Tú, que habías tenido en tus brazos a tu Hijo sonriente y lleno de bondad, ahora te lo devolvían muerto, víctima de la maldad de algunos hombres y también víctima de nuestros pecados; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos amar a Jesús como El nos amo.
Dios te salve, María,…
7º Dolor
El entierro de Jesús y la soledad de María.
Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al enterrar a tu Hijo; El, que era creador, dueño y señor de todo el universo, era enterrado en tierra; llevó su humillación hasta el último momento; y aunque Tú supieras que al tercer día resucitaría, el trance de la muerte era real; te quitaron a Jesús por la muerte más injusta que se haya podido dar en todo el mundo en todos los siglos; siendo la suprema inocencia y la bondad infinita, fue torturado y muerto con la muerte más ignominiosa; tan caro pagó nuestro rescate por nuestros pecados; y Tú, Madre nuestra adoptiva y corredentora, le acompañaste en todos sus sufrimientos: y ahora te quedaste sola, llena de aflicción; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, concédenos a cada uno de nosotros la gracia particular que te pedimos…
Dios te salve, Maria,…
Gloria al Padre .
1. La Santísima Virgen María manifestó a Sta. Brígida que concedía siete gracias a quienes diariamente le honrasen considerando sus lágrimas y dolores y rezando siete Avemarías:
Pondré paz en sus familias.
Serán iluminados en los Divinos Misterios.
Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
Les daré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y protegeré en todos los instantes de su vida.
Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte; verán el rostro de su Madre.
He conseguido de mi Divino Hijo que las almas que propaguen esta devoción a mis lágrimas y dolores sean trasladadas de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos su consolación y alegría.
PAX VOBIS
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